“El amor antojadizo no busca cualidades, sino hermosuras”. Don Quijote
Industrias culturales se ha hecho presente como aquel actor improvisado que le es llamado cuando el estelar ha enfermado.
Undía despertando a las seis de la mañana, la radio sonaba con el noticiero matutino. De entre sueños y la consigna de empezar una semana más, entre susurros escuché algunos comentarios de la películaEl Estudiante.
Al principio, no le presté mucha atención porque pensé que era una película más de los niños maravilla Gaelito y Dieguito.
Al escuchar Jorge Lavat hizo que los sentidos, aún dormidos,despertaran por completo para prestar atención a lo que decía un psicólogo haciéndole de comunicólogo (y discrepo con este tipo de informativos).
Los días pasaron y en todos los noticieros de radioy tv empezaron a decirnos lo que teníamos que pensar en ese momento (agenda setting): El estudiante, película de una nueva propuesta de cine mexicano donde, a demás de estar ya estigmatizada por sermexicana, era una película donde no había groserías, no había sexo, no había la simbología de una ciudad vista desde el punto de vista de los tibiri tabara capitalino.
Después de haberles dicho, amanera de introducción, un parámetro inicial de discusión, entremos pues a la película.
No le quitaré ese halo de magia y amores épicos que supone la película detrás de su arje: El Quijote. Sí, unosale llorando, pensando, con ganas de ser ese estudiante enamorado, ese estudiante revindicado, ese estudiante compositor, o tierno, o galán, o pendenciero; incluso con ganas de ser hasta profesor.Partiendo de una estructura y narrativa podemos decir que el Título está mal planteado. Volvemos otra vez ¿quién demonios le pone los títulos a las películas?. El film no habla del Estudiante al quenosotros identificamos como debiera ser: Chano. De hecho, creo que hasta la mitad el film se centra el Chano y sus peripecias como estudiante (algo así como los cuentos de Memín Pingüín). Lo que yo no…